Quentin Tarantino había escrito un papel en su nueva película específicamente para Tim Roth. Y si estás pensando que es el que acabamos viendo en el montaje final, no podrías estar más equivocado: el suyo era el de Butch, que acabó interpretando Bruce Willis. ¿Cómo llegamos a esa situación? Bueno, cuando el director fue a la mansión de Willis para ver si, por casualidad, quería aparecer en la película, este se sabía Reservoir Dogs de memoria, y tras un pequeño paseo por la playa aceptó salir en Pulp Fiction por un sueldo mucho menor de lo que normalmente pediría. Roth, eso sí, se quedó con el papel de Pumpkin, que abre la película. Y no es poca cosa.
Como algún jodido capullo se mueva...
Sin embargo, todo estuvo a punto de ponerse en peligro después de la premiere en el festival de cine de Nueva York. Era el momento álgido de la película, un baño de masas para abrazar a un genio creativo, un visionario, un director único. Y todo iba perfectamente hasta que llega la escena en la que John Travolta apuñala a Uma Thurman con una jeringuilla de adrenalina. En ese mismo momento, el público empezó a moverse en el patio de butacas y alguien gritó "¿Hay un doctor en la sala?". Nunca es un buen presagio.
La película paró, las luces se encendieron y un hombre estaba totalmente desmayado: por lo visto, había tenido un bajón de azúcar y la escena le había causado tanto shock que se había quedado en el sitio. Por suerte, Harvey Weinstein -sí, ese Harvey Weinstein- le dejó su limusina para que pudiera ir a su casa cuando por fin estuvo consciente y terminar la película para el resto del público. El problema es el absoluto terror a la prensa del día siguiente.
"¿Qué hacemos? Si se filtra que este tío se desmayó por la violencia en la película, va a ser lo único de lo que hable la gente", decía Weinstein. Esa noche es posible que nadie del estudio ni del equipo de la película durmiera bien... hasta que salieron los periódicos del día siguiente dejando a la película como una absoluta maravilla. Efectivamente, todo salió bien al final. Bueno, para todos menos para el chico que se desmayó, claro, que tuvo que recuperarla después, cuando se estrenó. Daños menores.